El aire en la habitación parecía vibrar con la revelación del doctor Lloret. Alba y yo nos miramos, nuestros ojos reflejando la misma mezcla de alivio y emoción. Habíamos encontrado lo que buscábamos, pero la verdadera lucha acababa de comenzar.
El doctor Lloret nos llevó a través de un laberinto de pasillos hasta un laboratorio lleno de maquinaria que parecía sacada de una novela de ciencia ficción. Nos explicó que estaban trabajando en un proyecto revolucionario, un sistema que no solo trataba los residuos, sino que los convertía en algo útil. No se trataba de destruir para generar energía, sino de reutilizar y reparar.
«La clave está en el concepto de residuo cero», dijo, sus ojos brillando con una intensidad que no había visto antes. «No podemos seguir produciendo basura a este ritmo. Tenemos que aprender a reducir, reutilizar y reparar. Esa es la única forma de garantizar un futuro para la humanidad».
Pasamos días en el laboratorio, aprendiendo todo lo que podíamos sobre el proyecto. Alba se mostró especialmente interesada en el proceso de reparación, fascinada por la idea de dar una nueva vida a los objetos que la mayoría consideraría inservibles.
Mientras tanto, yo me encontraba cada vez más atraído por el concepto de reducción. Me recordaba a Masquefa, a la montaña de basura que crecía día a día. Si pudiéramos reducir la cantidad de residuos que producíamos, tal vez podríamos darle a nuestra ciudad natal una oportunidad de sobrevivir.
El doctor Lloret se convirtió en nuestro mentor, guiándonos a través de los intrincados detalles del proyecto. Pero a pesar de su ayuda, sabíamos que el camino por delante sería difícil. Había muchos obstáculos que superar, desde la resistencia del gobierno hasta la mentalidad de la gente.
Pero a pesar de todo, había una chispa de esperanza. Por primera vez desde que dejamos Masquefa, sentíamos que estábamos haciendo algo que realmente podría marcar la diferencia. Y aunque el futuro era incierto, estábamos dispuestos a luchar por él.
Porque al final del día, eso es lo que significa ser de Masquefa. No importa cuán oscuro sea el camino, siempre encontramos la forma de seguir adelante. Y aunque la ciudad que dejamos atrás estaba llena de basura, sabíamos que también estaba llena de personas dispuestas a luchar por un futuro mejor.
Y con esa esperanza en nuestros corazones, nos preparamos para la batalla que se avecinaba. Porque sabíamos que no solo estábamos luchando por nosotros, sino por todas las personas que habían quedado atrás en Masquefa. Y no íbamos a rendirnos sin luchar.
Autor: Phind
Iustración: Dall-E 3