Las plantas incineradoras de residuos de tercera generación son instalaciones que queman residuos para generar energía. Estas plantas son una fuente de controversia debido a los impactos que tienen en el medio ambiente y la salud humana. Según la OMS , la incineración de residuos puede liberar al medio ambiente patógenos y contaminantes tóxicos, así como agentes contaminantes en la atmósfera y cenizas residuales. Si se incineran productos que contienen cloro, como plásticos, estos pueden liberar dioxinas y furanos, sustancias que son cancerígenas para el ser humano y han sido asociadas a diversos efectos perjudiciales para la salud. Además, la incineración de metales pesados o productos con alto contenido metálico puede provocar la dispersión en el medio de metales tóxicos.
Aunque las plantas incineradoras de residuos de tercera generación se consideran más eficientes que las de generaciones anteriores, siguen siendo una fuente significativa de contaminación y riesgos para la salud. Según la OMS , solo las incineradoras modernas que operan a temperaturas de entre 850 y 1100 °C y cuentan con un sistema especial de depuración de gases pueden cumplir las normas internacionales de emisiones por lo que respecta a dioxinas y furanos. Sin embargo, aún así hay preocupaciones sobre la toxicidad de las cenizas residuales y los riesgos ocupacionales para los trabajadores de la planta.
Los riesgos para la salud son un tema importante en relación con las plantas incineradoras de residuos de tercera generación. Según la PAHO la exposición a sustancias químicas tóxicas puede llevar a trastornos de salud crónicos y a menudo irreversibles, como defectos congénitos y del desarrollo neurológico y enfermedades asociadas con alteraciones endócrinas. Además, los desechos sanitarios contienen microorganismos que pueden ser dañinos e infectar a pacientes de hospital, al personal sanitario y a la población en general, lo que puede contribuir a la propagación de enfermedades. Por lo tanto, es importante considerar los riesgos para la salud al evaluar la construcción de plantas incineradoras de residuos de tercera generación.
Hay varios enfoques para abordar el problema de la eliminación de residuos que no implican la incineración. Según la OMS la selección de métodos de gestión seguros y ecológicamente inocuos, a fin de proteger a las personas de todo peligro en los procesos de recogida, manipulación, almacenaje, transporte, tratamiento o eliminación de desechos, es una medida clave para mejorar la gestión de los desechos sanitarios. Además, la reducción de la cantidad de residuos que se generan y el aumento de la cantidad de residuos que se reciclan también son importantes para reducir la necesidad de incinerar residuos.
Otra alternativa a la incineración de residuos es la tecnología de plasma. Según la OMS la tecnología de plasma utiliza un gas ionizado para convertir los residuos en un gas sintético inofensivo y vidrio. Esta tecnología es capaz de tratar una amplia variedad de residuos y no produce emisiones tóxicas. Sin embargo, la tecnología de plasma es costosa y requiere una gran cantidad de energía para funcionar.
En conclusión, es fundamental considerar alternativas a la incineración de residuos sanitarios, como la esterilización en autoclave o por microondas, el tratamiento por vapor combinado con agitación de los materiales tratados o el tratamiento químico, según la OMS . Además, la minimización y segregación de residuos puede reducir la cantidad de residuos que se generan y requieren tratamiento especial, como menciona saludsindanio. Es importante destacar que existen pruebas suficientes de que es posible erradicar por completo la incineración, como se ha demostrado en países como EE.UU. e Irlanda, y en programas nacionales de vacunación en Filipinas, según saludsindanio . Por lo tanto, es necesario seguir investigando y promoviendo soluciones alternativas a la incineración de residuos para proteger la salud humana y el medio ambiente.
Autor: Phind